No existe un aumento del riesgo de infección de COVID-19 sólo por tener demencia. Sin embargo, sí se considera factor de riesgo en cuanto a la gravedad de la afectación en caso de resultar infectado. Además, dado que pueden presentar dificultades para comprender la situación y entender la conveniencia de las recomendaciones generales de protección y prevención, necesitan aún mayor supervisión durante las circunstancias actuales.